El mensaje del religioso Orionista, Don Moreno Cattelan, quien se encuentra en Kiev- Ucrania.
Ciertamente no fue un buen comienzo de semana. Lunes, 17 de octubre, alrededor de las 7.00 hubo varios ataques de drones y luego bombas remotas aquí en Kiev como en otras ciudades.
No fue fácil esta mañana celebrar la Divina Liturgia al oír el zumbido de drones sobrevolar nuestra zona y finalmente los golpes de las explosiones; al menos dos, se escucharon claramente, no lejos de nosotros. La alarma, que se escucho tarde en la mañana, sonó de nuevo por la tarde. Pero no sabemos por cuánto tiempo más, mientras recibimos noticias de nuevos bombardeos en otras ciudades.
El recuento de daños y víctimas comienza a crecer cuando no sólo se vieron afectadas estructuras sensibles, sino casas de civiles en el centro de la ciudad.
Y mientras esta "estrategia terrorista" continúa implacable, seguimos con nuestro trabajo, como hicimos la semana pasada, a pesar de las dificultades del momento presente. No vivimos día a día, sino hora por hora, conscientes de que en pocos minutos podría suceder lo irreparable.
Esto no se detiene, por ejemplo, nuestra actividad con los niños del oratorio, comenzó ya a mediados de agosto. La semana pasada, habiendo suspendido todas las lecciones escolares, incluyendo las de los padres, (había grandes dificultades de conexión), el oratorio se convirtió en su "paraíso" para pasar un rato juntos, jugar, escapar por un momento de este terrible pensamiento de guerra, lejos de los sótanos en los edificios convertidos en un refugio anti-bombardeo. Una señal de que la vida continúa.
Esta semana volveremos a distribuir comidas calientes a los pobres en algunas partes de la ciudad. Esta actividad también fue suspendida con el inicio de la guerra. Será un "nuevo" servicio ya que lo haremos en colaboración con la Caritas Griega Católica, la Parroquia de San Nicola y un hermano de la OMI (Oblato de María Inmaculada) quien desde hace años se dedica de primera mano en esta obra de caridad.
Estas son las dos pequeñas señales, y seguirán más, que incluimos en el proyecto de "reconstrucción" que ya ha comenzado, a pesar de que la guerra sigue en marcha. Los leemos desde la perspectiva de nuestro último Capítulo General, que pide "Tirarse al fuego de los nuevos tiempos".
Nosotros aquí en Kiev, como en L'viv, hemos respondido pronta y concretamente a problemas que no podemos evitar y que desde hace casi ocho meses nos vemos comprometidos frente a la "gran" caridad. Esta es nuestra "arma estratégica" que, como nos enseña Don Orión, salvará al mundo.
Pedimos una oración por la paz y que nuestro pequeño acto de caridad sea siempre un signo concreto de nuestra cercanía y de la laboriosa caridad que queremos que todos los que podamos conocer la experiencia diaria. Gracias por su atención, solidaridad y oración".
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