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  • Centro de Pastoral Juvenil Vocacional

Nuestro seminarista Sebastián Vega ingresa al noviciado en Italia


Sebastián Vega, es uno de nuestros seminaristas, quien está en Europa desde mediados de marzo y este martes 8 de septiembre ingresa al Noviciado, en Italia.

Hace unos días, sostuvimos una conversación con él, donde nos contó como ha sido su experiencia de formación durante estos meses, sobre todo el tiempo vivido en España, en medio del brote de la pandemia y como afectó a la comunidad orionista de ese país. Te invitamos a leerla y orar por la vocación de Sebastián.

  1. ¿Cómo estuvo la primera parte de su etapa de pre novicios en España? ¿Cómo sientes que te ayudó en tu formación el compartir esos meses con la comunidad española?

La verdad es que agradezco profundamente a Dios por la experiencia vivida en España. Creo que ha sido un regalo enorme y muy potente en mi formación. La acogida de nuestra comunidad Orionista en esta nación me hizo sentir en casa, verdaderamente en una familia. Al comienzo no fue del todo fácil; la incertidumbre, la impaciencia, el haber perdido el control de lo que creía que sería mi experiencia, lo triste que era ver cómo a diario fallecían tantas personas o ver de cerca cómo nuestros hermanos del hogar de Madrid eran afectados por el virus, me hizo caer en un cuadro de estrés. Sin embargo, luego de varios días preguntándome lo que Dios quería de mi, Él se encargó, con su fidelidad de siempre, en sostenerme y guiarme en todo ese tiempo; a través de mi comunidad religiosa, mis hermanos de Chile, los residentes del hogar, mi familia, amigos y tantas personas que me demostraron su cariño y afecto.

Lo que pude vivir fue como un tiempo de experiencia pastoral, como lo que se conoce como “tirocinio”; vivía inserto en una comunidad religiosa, recé, trabajé en el Hogar Don Orione de Madrid, especialmente, para los residentes con covid, estudié italiano y viví con pasión mi apostolado musical, acercándome muchísimo a tantas personas y familia que día a día pedían vivir un momento de oración, un encuentro con Jesús en tiempo de pandemia, tras la imposibilidad de ir a una parroquia, o participar de misas, adoración, etc. Las redes sociales hicieron posible este acercameniento a través del canto hecho oración.

Fue un tiempo que experimente más que nunca la Providencia de tantas formas y rostros, también, por qué no decirlo, me sentí parte de ella, ya que llegamos con Adán en un momento difícil para todo el mundo a servir al Hogar de Don Orione donde se necesitaba mucha ayuda. Experimenté el espíritu de familia que tanto el fundador invitaba a vivir; la preocupación de cada hermano por el otro, sobre todo por los que estuvieron en aislamiento, ver de cerca la fraternidad entre religiosos y religiosas de Don Orione, el ver como una comunidad se reorganizó por Adan y por mi para ayudarnos a aprender italiano, el aliento y apoyo que recibí para entregar de la mejor manera mi apostolado musical, el trabajo por la obra y el cariño expresado por laicos orionistas, fueron solo algunos gestos que solo se viven en una familia y que calaron en lo más profundo de mi corazón.

Cómo no estar agradecido si pude amar a Jesús en la Cruz y crucificado con Él, todo se lo entregué a Él: mis desánimos, temores e impaciencia, mi servicio, todo por Jesús!

2. y Ahora, ¿en qué estás? Te han asignado algún apostolado, clases, tareas domésticas, trabajo en alguna comunidad eclesial?

Al llegar a Italia comencé a vivir en la curia general de la congregación, una casa donde se centra todo lo administrativo a nivel mundial de la obra de Don Orione, en ella viví la oración de manera intensa, recibiendo el gran ejemplo, de parte de mis cohermanos, y pese a cualquier responsabilidad o ocupación, la oración está en primer lugar. En ese tiempo solo me dediqué a estudiar la lengua italia, en vista que solo contaba con un mes y medio para aprender. De esta experiencia puedo rescatar y sentirme privilegiado de estudiar en una escuela vecina al Vaticano, lo cual me permitía pasar todos los días, de lunes a viernes, por fuera de la basílica de San Pedro y acordarme de tantas personas que me pedían oración. En ese tiempo bajé la intensidad del apostolado, ya que cambió radicalmente mi situación, sin embargo en lo poco que pude hacer, lo viví intensamente.

3. A poco de ingresar al Noviciado, ¿Qué se viene en lo pronto?

El 19 de agosto emprendí una nueva misión, me dirigí junto a un grupo de seminaristas y jóvenes con discernimiento vocacional a la cuna de la congregación, Tortona, para trabajar en la gran novena y fiesta de nuestra Señora de la Guardia en el Santuario que Don Orione le dedicó a nuestra Madre. La verdad es que esto ha sido un regalo, ya que todo lo que sabía o había leído de Don Orione lo fui viendo como una realidad más que una historia plasmada en los libros. El encuentro con el cuerpo incorrupto de Don Orione y el de otros servidores de la congregación, como son Sterpi o Gaspare Goggi fue un momento muy fuerte y enriquecedor, pues fueron personas que gastaron su vida por lo que hoy conozco como la obra de la Divina Providencia. Conocer el lugar del primer oratorio donde comenzó toda nuestra historia, de aquel encuentro tan conocido entre Don Orione y Mario Ivaldi, se me vinieron a la cabeza tantos nombres y momentos vividos en la pastoral juvenil alentándome a seguir trabajando para todos, pero con detención en nuestra prometedora juventud. Sin duda una gran experiencia carismática que estuvo centrada en el amor a María, diez días de intensas jornadas, pero de gran valor espiritual y emocional, pues para mi siempre será un privilegio servirle a nuestra Madre.

Ya en estos días, previo al 8 de septiembre, junto a mis compañeros de noviciado nos encontramos en Fano, una comunidad de Don Orione para vivir los últimos días antes de nuestro ingreso formal a esta anhelada experiencia.

4. Respecto al contexto de pandemia y sobre todo al trabajo de la obra que ustedes han visto ¿Cómo está la situación en Italia? Qué tan afectada ha sido la comunidad Italiana con la pandemia? ¿Aún es complejo y están todos en estado de alerta?

Cuando llegamos a Italia, llevaban solo semanas de haber salido de la estricta cuarentena que había vivido el país, recién se estaba volviendo a una especie de normalidad, aunque siempre resguardando algunos cuidados sanitarios, como el uso constante en espacios públicos de la mascarilla o resguardar la distancia social. Realmente este proceso ha sido como un volver a aprender a vivir en sociedad, ya que amerita mucha responsabilidad y empatía por el otro y por uno mismo. Aún hay mucho temor, la incertidumbre, sobre todo en estos últimos días donde han aumentado los casos nuevamente, entregando nuevas medidas sanitarias, las cuales han sido más rígidas, sin embargo, se vive una vida casi en la normalidad. En este tiempo se viven los últimos días de las vacaciones de verano, siendo motivo de viajes, descanso, movimientos de la ciudad a la playa o a la montaña, por lo que cuesta vivir del todo este proceso. En los templos o en las mismas fiestas en Tortona se han visto menos feligreses por el miedo de contagio o de exposición a él. En los Cottolengos se ve mayor rigurosidad en cuanto a los ingresos para poder llevar bien las medidas sanitarias, pero dentro de todo se vive con mayor tranquilidad que lo que fue en los tiempos de altos contagios.

5. Finalmente Seba, ¿quisieras enviarle un mensaje o saludo a la familia orionista de Chile, a tu comunidad, a tus amigos?

Quiero agradecer infinitamente a toda la comunidad Orionista de Chile y a todos los que me han acompañado en estos casi seis meses de misión con algún mensaje, con su apoyo y muestra de cariño. Estoy seguro que está experiencia sin su compañía sería muy distinta. Agradezco profundamente a la congregación que ha confiado en mi, por su preocupación, en especial a mis hermanos que desde siempre han estado conmigo, en la oración, en la amistad y en la fraternidad. Agradezco a mi familia y amigos, pero por sobretodo agradezco a Dios por su infinita fidelidad.

Me gustaría aprovechar esta instancia para pedir tres cosas, la primera y súper importante, cuídense, sean responsables, si se quiere volver a la vida normal sean protagonistas y contribuyan en la prevención y cuidado de esta pandemia, depende de cada uno, es tarea de todos. Mucho ánimo y fuerzas para seguir sobrellevando esta crisis.

En segundo lugar les invito a seguir acompañándome en el apostolado musical, hoy, gracias a tantas personas que han confiado en este servicio, contamos con varias plataformas digitales para poder hacer oración juntos por medio del canto. Compartan, escuchen y oremos juntos. ¡Compartir es evangelizar!

Y lo tercero, no se olviden de seguir rezando por mi, hoy más que nunca, a pasos de iniciar una nueva etapa en mi vida, necesito de su ayuda. La oración lo hace todo y realmente se siente cuando lo hacen, la perseverancia también se enciende con sus oraciones! Un abrazo gigante, están en mis oraciones!


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