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  • Por Paulina Donoso e Isabel Mármol de la comunidad

¿Somos discriminadores los chilenos?


La discriminación nace del no reconocimiento de la igualdad fundamental que existe entre los seres humanos. No importa ni el origen étnico, ni el género, ni la discapacidad, ni la condición social o económica, ni la religión, ni las preferencias sexuales, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos. Sin embargo, la discriminación sigue existiendo, llegando incluso a la violencia.


Unas de las razones por las cuales se discrimina en nuestro país es por la opción sexual y por vivir la condición de ser transgénero. En nuestro país las denuncias por homofobia y transfobia van en aumento. Me parece que esta realidad lamentablemente ocurre porque, por una parte, nuestra sociedad es una sociedad pasiva ante la violencia y la falta de respeto a los derechos humanos, y por otra, nuestros líderes y gobernantes no toman decisiones pensando en el bienestar social.


Cuando enfrentamos esta situación debemos entender que no estamos hablando de gays, lesbianas o transgéneros, sino de seres humanos; hermanos en Cristo, que hoy se encuentran en necesidad, que gritan por ayuda y protección. Son verdaderas víctimas de un fenómeno social, ante lo cual no podemos permanecer quietos, impávidos como simples espectadores de una mal que hoy afecta a un grupo en algunos lugares, y mañana quizás sea incontables sucesos en todo el país.


La discriminación que sufren nuestros hermanos nos hace reconocer la falta de un “Cristo vivo”, amoroso, acogedor, misericordioso; si somos miembros activos orionistas, verdaderos discípulos de Cristo, es hora de actuar, de dar y amar. Marchemos juntos como comunidad y levantemos nuestra voz en búsqueda de la protección de ellos, usemos las redes y hagamos difusión para la protección de estas personas que antes que todo son nuestro prójimo. Unidos en Cristo haremos el cambio.

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