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  • Por Cristian Glenz. Director del Pequeño

¿Qué nos pasa cuando nos encontramos con los frágiles?

Escultura del artista Alexander Milov titulada “Amor”. En ella se transmite el conflicto entre dos personas que se dan la espalda, pero que en su interior solo desean estar juntos, expresando la naturaleza humana  de  “ser con otros”.

En Chile existen más de 200.000 personas con discapacidad intelectual, de las cuales más de 10.000 tienen discapacidad profunda y severa. Una parte importante de este último grupo, cuenta con una discapacidad física importante y sobretodo están desamparados porque no tienen ni familias ni redes. Este grupo predilecto de Dios, al ser de los más pobres entre los pobres, es acogido en la Obra de Don Orione donde ingresan desde niños y viven ahí toda su vida en un ambiente de amor y mucha dignidad.


Los Hogares del Pequeño Cottolengo cumplen con la importante y linda misión de brindarle un hogar a los que no lo tienen para que reciban cariño y cuidado, y de entregarle esperanza a esta sociedad tan dañada producto del materialismo, individualismo y sobretodo de la soledad que la rodea y adormece.


El Pequeño Cottolengo nos invita a encontrarnos con estas personas frágiles, a hacernos cargo de lo que nos sucede en el corazón, a encontrarnos con nuestra propia fragilidad, y a dejarnos transformar en ese proceso para que vivamos una vida con más sentido y seamos más felices.


Cuando nos encontramos con personas frágiles somos capaces de ver en el brillo de sus ojos la pureza y belleza misma de Dios, y así bajar nuestras propias barreras y corazas para aspirar a mostrarnos tal cual somos, dejando salir a ese niño inocente que todos tenemos adentro y que pide a gritos volver a nuestra esencia de vivir con sencillez y en comunidad.


Esta Obra tan querida por Don Orione no sólo cumple la misión de acoger dignamente y con amor al más necesitado, sino que quiere aportar con un intenso signo de esperanza en estos tiempos para soñar con una sociedad más generosa y más humana.


¡Vayamos al encuentro con el Pequeño Cottolengo y dejémonos transformar!

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