top of page
  • donorionechile

El apostolado musical de nuestro seminarista Seba Vega



Sebastián Vega es uno de nuestros seminaristas. Oriundo de la comunidad de Los Ángeles, ya lleva un año en Europa (primero España y luego Italia), realizando sus estudios y formación en la etapa de noviciado. Pero en paralelo con su formación religiosa, Sebastián lleva adelante un fértil apostolado en la música y de eso hablamos con él en esta entrevista. Para ver y escuchar la música de Seba, te dejamos acá los enlaces:

1. Primero que todo Seba, nosotros sabemos que estás en Europa, que estuviste en España y luego te fuiste a Italia a estudiar italiano y hacer tu noviciado. Cuéntanos ¿En qué etapa de formación estás actualmente y que servicios estás desarrollando?

En este momento me encuentro viviendo el noviciado. Esta es una experiencia que dura un año, como mínimo, y recién la comencé a vivir el 8 de septiembre del año pasado. Por lo tanto, todavía me queda algún tiempo (jajajaja). El noviciado es un tiempo muy íntimo, donde se busca, con todo lo que somos, dar respuesta al llamado de Dios, cultivando el espíritu del evangelio y de la congregación. En este contexto, todas nuestras experiencias de servicios han buscado dar respuesta a este único y especial tiempo de formación religiosa. Así ha sido el caso del apostolado en la parroquia, que, por desgracia, pero a la vez por seguridad y prudencia ha sido muy reducido por la pandemia.


El noviciado es un tiempo para desconectarse de las responsabilidades, compromisos, estudios más académicos para poder vivir con mayor disposición esta desconexión con el exterior y enriquecer más que nunca el interior. Por tanto, cada aspirante de la congregación debe vivir esta especie de “lockdown” interno, para así dar una respuesta más concreta en el día de la primera profesión, donde si Dios quiere nos consagraremos ofreciendo nuestra pobreza, castidad y obediencia, y vivir desde ese día como religiosos de los Hijos de la Divina Providencia.


Solo durante el primer tiempo de mi estadía en Europa he podido compartir los sentimientos y la experiencia de tantas personas que día a día viven la cuarentena, porque si bien continúo respetando y viviéndola, una vez que inicié el noviciado, este confinamiento sanitario que nos aparta de la vida más pública y social, del mundo exterior, no era tan diferente a lo que estaba llamado a vivir por este año.


Espero que esta explicación sirva como respuesta a que esta experiencia que estoy viviendo no está centrada en el “hacer” o en el “dar” (a pesar de ser lo propio de nuestro carisma y no lo hemos dejado de hacer por completo), sino más bien, el centro de esta vivencia está en dejarse moldear por las manos de Dios, como lo hace el barro en las manos del alfarero. Esto no ha sido del todo fácil para ninguno, sobre todo cuando tenemos la sed de servir, estar junto al pueblo de Dios o es más difícil aun cuando venimos de realidades pastorales que constantemente se está en movimiento. Una de las cosas más consoladoras, ante este cambio de vida activa a una más pasiva, ha sido entender su importancia y comprender que es fundamental, teniendo siempre la imagen de Jesús como aquel que se retiraba a orar en los momentos más importantes y después se dedicaba completamente a la misión.


En resumen, he querido expresar que estamos viviendo, junto a mis hermanos novicios, uno de los momentos más importantes de nuestra formación, que, según mi parecer, en nuestras vidas habrá un antes y un después.

2. Estamos teniendo esta entrevista, justamente porque desde que comenzaron los confinamientos y las actividades presenciales se suspendieron, todo lo que es online tomó mucha fuerza…¿Cómo afectó eso a tu apostolado de la música? ¿Has tenido más posibilidades de cantar en más escenarios, países y frente a distintas comunidades?

Dentro de todo lo malo que hemos vivido en este último año a causa del Covid, puedo decir que también ha sido un tiempo para reinventarnos, sobre todo para acompañar a nuestros hermanos que necesitan de nosotros, ya sea de forma tangible, como lo han sido diversas ayudas sociales (panaderías solidarias, entrega-reparto de alimentos, misiones solidarias, etc), y de forma más espiritual, como es llevar a Dios a todos y todas en este contexto de pandemia.


Estoy muy de acuerdo con que el mundo virtual ha sido un gran aliado en esta reinvención, sobre todo en el apostolado que hago, sin duda esto ha tenido un efecto positivo. Si bien canto de que tengo uso de razón por influencia de mi papá y he podido darle un sentido a este talento como una forma de evangelizar desde hace tiempo apoyando en coros litúrgicos, musicalizando salmos y escritos personales, haciendo oraciones cantadas en retiros o jornadas, creando música para actividades o grabando mi propia música o cover para compartirla por el canal de YouTube; la pandemia vino a darme un empuje, me ayudó a ir por caminos que por mucho tiempo había puesto resistencia: La exposición digital y pública. Siempre estuvo lo humano de por medio; la vergüenza, las inseguridades, el miedo a convertir este apostolado en otras búsquedas, como el reconocimiento o los aplausos.


También tuve miedo de que esto afectara en mi formación religiosa de forma negativa. Sin embargo, una vez que me vi en medio de la necesidad, con todos los recursos en las manos y con el apoyo de tantas personas como mi familia, mi parroquia de origen, amigos, religiosos y tantos laicos; no me quedó más que responder. Creo que en otra situación no me hubiese arriesgado. Este tiempo ha sido muy especial, no solo porque he recibido tanto apoyo de aquellos que me acompañan escuchando la música en Spotify o Youtube y/o compartiéndola a más personas, sino porque todo lo anterior permite llevar a Jesús a tantos hogares, cumpliéndose el principal objetivo; la evangelización a través de la música.




Otra de las cosas más reconfortantes han sido los vínculos con las personas. En este tiempo he conocido nuevos rostros y con ello nuevas historias, y también he reforzado tantas relaciones con personas que buscan a Dios, que lo han necesitado ante la imposibilidad de ir a una actividad presencial en la parroquia o en sus realidades pastorales. Creo que esto, el cariño y afecto recibido ha sido lo más gratificante, lo que me ha motivado con más fuerzas a continuar.


El primer tiempo, es decir antes del noviciado, pude estar presente en varios encuentros online, como en varias oportunidades en mi parroquia; Perpetuo Socorro y en la P. Sagrada familia en Los Ángeles, en el colegio don Orione de Quintero, en un encuentro ecuménico de oración; canto y solidaridad en ayuda de Caritas Chile por la emergencia Covid. También participé en iniciativas de Acordes de la fe; grupo de cantantes católicos nacionales como Fernando Leiva, Pablo Cifuentes, Marcela Gael, Teresa Larraín, entre otros. Participando en una de las iniciativas como #Yorezoencasa. También he participado en encuentros internacionales, como en Argentina, Paraguay y España, en fin, tantas oportunidades que me llenaron de fuerzas para continuar aportando con este Don.


Desde que inicié el noviciado e inclusive un poco antes, cuando pudimos compartir toda la música por Spotify y en las principales plataformas virtuales, empecé a bajar la intensidad en el apostolado musical. Como lo mencioné en la primera respuesta, este tiempo que estoy viviendo es más de vivir en el interior que en el exterior. Sin embargo, he podido estar presente en algunos encuentros, como lo fue en el concierto de misiones de verano de la pastoral Duoc UC, oraciones cantadas, como la de Viernes Santos y otras pequeñas actividades. Ya para Pentecostés, tengo una invitación en una parroquia de Paraguay, pero como te digo, hasta septiembre estaré si o si más reservado que al comienzo, promoviendo los trabajos ya existentes para continuar la misión y después se verá.

3. Y tu proyecto música, sabemos que es parte de tu vocación, de un llamado personal, pero también es muy querido y valorado dentro de la congregación, ¿Cómo sientes que es visto dentro de la familia espiritual que tu seas un religioso que se ha jugado por la música, por el arte? ¿Hay apoyo?


Si, este proyecto nace de lo personal, dando respuesta al don que Dios me dio, con el fin de ponerlo al servicio de la Iglesia como medio de evangelización para acercar al Pueblo de Dios a todos y todas. Anteriormente mencionaba que he recibido mucho apoyo, quizás el apoyo que no esperaba recibir, porque como dije, sentía que esto podría haber tenido un efecto negativo en mi formación, sin embargo me han hecho ver que los talentos se deben poner disposición y no esconderlos.


E incluso, un sacerdote de Don Orione me dijo que como superior tenía la obligación de velar por el desarrollo integral de sus hermanos y que en ello estaba potenciar las virtudes y dones que ellos poseían. Creo que mis grandes temores desaparecieron justamente por el apoyo recibido por tantos hermanos. Dentro de la congregación el primer empujón estuvo dado por Padre Gustavo, que como párroco y amigo, me ha ayudado en varias oportunidades junto a la parroquia Perpetuo Socorro a costear algunos trabajos musicales que he podido presentar.


Otros grandes apoyos han estado de la mano de mis superiores, ya sea en Chile, España o en Italia, que siempre han tenido una palabra de aliento para seguir. También me he sentido acompañado por sacerdotes de Don Orione, no solo de Chile, sino de varias partes del mundo que te escuchan, comparten la música y te dan palabras para continuar. Y para el final dejo a quienes me han ayudado a creer en mí, quizás varios nombres se repiten, pero no puedo dejar de mencionar a mis hermanos de formación religiosa; a las comunidades que he podido integrar, a mis hermanas PHMC, en especial a la hermana Jovanna, a laicos y amigos de la familia orionista que, desde su afecto y tantas veces de sus talentos, han sido parte fundamental para emprender este don como un desafío apostólico.

4. Y en esto mismo, ¿Cómo crees que este apostolado de la música puede ser un complemento para tu vida como religioso?

Creo o estoy convencido que la palabra complemento es la palabra precisa para describir lo que significa para mi este apostolado. He sido llamado por Dios para entregar mi vida a la Iglesia y todo parece ser que sea como Hijo de la Divina Providencia en donde pueda dar respuesta a esta llamada de Dios. Dentro de esta familia, seguramente tendré varios desafíos y misiones por hacer. Ahora mismo me encuentro haciendo el noviciado, mañana podrá ser el tirocinio (experiencia pastoral), los estudios de teología, si todo va bien como sacerdote en alguna función específica, cultivar siempre mi ser religioso (vida integral). En fin, seguramente siempre tendré responsabilidades que serán prioridad.


El canto, como apostolado, lo veo como aquel que viene a acompañar aquellas responsabilidades, aquellas misiones que se me vayan dando en la actualidad y en las futuras. Una de las cosas que tengo bien claro es que no busco interponer el canto por sobre lo que deseo ser, es decir, colocarlo en primer lugar que mi ser religioso-sacerdote. Yo no busco ser un artista católico, ya existen tantos y buenos adoradores que se dedican a tiempo completo, sino que busco ser un religioso que sea capaz de donar lo que se le fue dado gratuitamente a los demás, como complemento dentro de mi consagración religiosa o futuro ministerio sacerdotal. Lo veo como aquella herramienta que acompaña al constructor todos los días, permitiendo en mi caso construir un encuentro con Jesús en las personas.


El arte convoca y la música no es la excepción, sobre todo para los jóvenes, además siento que es una gran herramienta que como católicos debemos profundizar. Nuestros hermanos protestantes tienen mucha experiencia en este medio de evangelización, ellos son muy profesionales. Siento que nosotros podríamos imitar su buen caminar, porque verdaderamente son dignos de admirar en cómo trabajan y se esfuerzan por adorar día a día de mejor forma a Jesús. Bajo este ejemplo y ya motivado por algunos superiores, sería muy positivo que en un mañana pudiera profesionalizar, con estudios y nuevas técnicas, lo que sin estudios hago en la actualidad.

5. Finalmente, cuéntanos que planes y proyectos vienen a futuro o qué proyectos estás desarrollando actualmente. ¿Vienen nuevos discos, canciones, conciertos, colaboraciones con otros artistas católicos?

Desde el lanzamiento del álbum “Dar la vida cantando al amor” que fue distribuido por las principales plataformas virtuales en junio pasado, he estado compartiendo el trabajo ya hecho, en diversas actividades en las que he podido participar. Como ya mencioné, en estos momentos me encuentro viviendo un año muy personal e íntimo, por lo que grandes proyectos como un nuevo disco, por ejemplo, no puedo confirmar a corto plazo.


Sobre todo, porque para hacer algo así se necesita un poco de tiempo, recursos y otros factores que por ahora me veo bien lejano de concretar. Sin embargo, en este mismo tiempo he podido escribir, musicalizar, lo que el corazón en la oración o en el mismo contexto que estoy viviendo me va hablando. Por lo cual serán nuevos proyectos en un tiempo futuro, y como es de costumbre la Providencia se encargará de ello.


Esto no quiere decir, que en el entretiempo no puedan venir sorpresas o que la misma gracia de Dios, la cual me ha acompañado siempre, adelante algún trabajo que quizás hoy se vea lejano. Para pentecostés como mencioné tengo una invitación confirmada para hacer una oración cantada en una parroquia en Paraguay y también tengo una invitación para colaborar en una canción de un joven que, al igual que yo, evangeliza a través de la música.


Por ahora puedo decir que tenemos material para seguir adelante, por lo que me encomiendo a sus oraciones para que se puedan concretar en un futuro no tan lejano y también me encomiendo a todos ustedes que leen esta nota a que sigan usando la música católica como aquella herramienta de oración, que sigan alabando y compartiendo la buena noticia hecha canción, porque ¡compartir es evangelizar!




bottom of page