Desde hace unos años ha quedado el día 5 de noviembre como el día oficial de oración por los
difuntos de nuestra Congregación Religiosa.
Por ese motivo, además de aplicar la Eucaristía de la mañana en sufragio por nuestros queridos difuntos, por la tarde la comunidad de Cerrillos nos hemos querido acercar al precioso cementerio del Pequeño Cottolengo donde reposan varios hermanos y hermanas que trabajaron muchos años en Chile. Hemos rezado el Santo Rosario en comunidad recordándolos a todos, religiosos, religiosas y laicos. Que Dios les tenga en su gloria. Nos consuela que Don Orione en su Primera Misa pidió a Dios que se salvaran todos los que entraran en contacto con él.
Esto nos anima a seguir trabajando sin descanso por todas las almas. Buscamos siempre lo mejor: la salvación. “Nosotros no miramos otra cosa que no sea el salvar almas. Si alguna preferencia hubiéramos de tener, la tendríamos para con aquellos que nos parezcan más necesitados de Dios, dado que Jesús vino más para los pecadores que para los justos. ¡Almas y almas! He aquí toda nuestra vida; éste es nuestro grito, nuestro proyecto, toda nuestra alma, todo nuestro corazón: ¡almas y almas!” (L.I pág. 250).