En una afán de acercar a los empresarios al “mundo real” es que 100 personas de distintos ámbitos empresariales y sociales se darán cita este viernes 19 de mayo en el Pequeño Cottolengo, el cual funciona desde 1970 y alberga en sus cuatro centros a 550 personas con discapacidad intelectual severa y profunda, en su gran mayoría en situación de desamparo.
Esta cumbre, convocada por Alfredo Moreno, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), tiene como propósito la restitución de las confianzas, la ampliación de la colaboración y la generación de una cultura del encuentro entre todos. Consultado, explica que “el principal problema hoy es la falta de confianza que impide a las personas que tienen distintas ideas o actividades, puedan trabajar en conjunto, a pesar de comparten un tremendo interés por Chile y una enorme preocupación por hacer mejor las cosas”.
El Pequeño Cottolengo recibe y ayuda a personas que nadie “se hace cargo” y se propone contribuir al proceso de humanización de quienes se encuentren con estos desfavorecidos de la sociedad. Por tal motivo fue escogido para esta cumbre “que las personas de acción, quienes dirigen grandes empresas o están haciendo proyectos en las universidades, también vean la realidad que viven (los) chilenos más débiles, que no pueden salir adelante por sí mismos” afirmó Moreno, entrevistado por el Diario La Segunda.
