Un grupo de agentes pastorales deliberó acerca de cuáles eran las razones por las que algunas mujeres recurrían al aborto, señalando la presión de la sociedad como un factor clave en ello. ¿Tiene derecho una mujer a terminar con la vida de su hijo aun no nacido?, ¿qué hacemos como sociedad para ayudar a que no llegue a tomar una decisión así, empujadas muchas veces por las circunstancias en las que viven? Estas y otras preguntas hicieron eco en los participantes y aquí presentamos dos de sus reflexiones
El aborto no es lo óptimo, no es siquiera algo natural. Muchas veces las mujeres optan por el aborto presionadas por las circunstancias, por el entorno social, por la soledad y la falta de apoyo. Aunque no se hable de las consecuencias de un aborto creo que entre estas está el peso que puede llegar a sentir la madre que ha abortado por el crimen cometido, especialmente al tomar conciencia de que se ha causado la muerte de un ser indefenso y ya no será posible disfrutar de su presencia y cariño.
Se habla mucho más en los medios de comunicación de porqué abortar que de las razones para no abortar. Se debería dar mayor énfasis a las ventajas de no abortar o a las consecuencias que se evitarían. A la vez, se podría entregar testimonios de personas que han abortado y de la tristeza que ha significado para ellas cargar con esta decisión que tomaron en un momento de su vida donde posiblemente se sintieron presionadas a hacerlo, donde por falta de comunicación y apoyo familiar y social no vieron otro camino.
Yo creo que Don Orione apoyaría a las mujeres, buscaría ayudarlas y les otorgaría protección y cuidados para que pudieran tener a sus hijos, o sanar las heridas por las decisiones tomadas en el pasado.
Por Genaro Cabrera
Muchas veces el aborto sucede debido a la presión que ejerce la sociedad sobre la mujer, sin considerar las secuelas que esto puede acarrear. En muchos casos el arrepentimiento es para toda la vida, las mujeres sufren daños a nivel emocional y psicológico, y la vida de un nuevo ser queda truncada, viéndose afectada no solo su vida sino también la de su madre y sus cercanos.
Don Orione apoyaría a las mujeres, buscaría los medios para proteger tanto a la madre como a su hijo.
No tenemos el derecho de juzgar, lo que debemos hacer en cambio es ayudar, intentar persuadir a la persona para que comprenda que abortar no es la solución. En lo posible debemos convencer a la mujer para que tenga a su bebé, y si ella no puede hacerse cargo lo pueda entregar en adopción, al mismo tiempo, debemos ser capaces de ofrecerle nuestro apoyo y ayuda posible. Hay que hacerse cargo de esta situación en nuestra sociedad y acompañar a quienes se ven enfrentadas a esta decisión.
La solución debe ir de la mano de la construcción de una sociedad más comprensiva y del apoyo permanente a aquella persona que ha pensado en abortar. Comprometernos a seguir su historia, que se sienta comprendida y acompañada, y que pueda entender que el aborto no es solución, solo es muerte, tristeza y soledad.
Solo Dios es quien nos da la vida y solo Él debería saber cuando es nuestro momento de partir. No tenemos derecho a interrumpir una vida, independiente del contexto y de la forma como se originó.
Por Jacqueline Sáez
Comunidad Don Orione
Santiago