La alta participación ciudadana en el plebiscito también se vio reflejada dentro de nuestros hogares. Algunos de nuestros residentes del Pequeño Cottolengo de Cerrillos y Rancagua cumplieron con su deber cívico participando de estas elecciones.
Esto nos llena de alegría, pues es una señal de trato digno, de inclusión y de participación de nuestros residentes en la sociedad, y que ellos tengan el derecho y al mismo tiempo el deber de manifestar sus opciones cívicas y políticas.
Y quizá alguien se pregunte ¿Cómo es posible que personas con discapacidad intelectual puedan tener derecho a voto? Es que muchas de nuestras leyes relacionadas con la discapacidad pretenden eliminar la discriminación en contra de personas con discapacidad intelectual, cognitiva y psicosocial y consagrar su derecho a autonomía y eso incluye los procesos de elección popular como este plebiscito. Es decir, se busca asegurar el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad, con el fin de obtener su plena inclusión social, asegurando el disfrute de sus derechos y eliminando cualquier forma de discriminación fundada en la discapacidad (Ley 20.442, art. 1). Es por eso que actualmente la ley electoral permite que las personas con discapacidad física puedan ser asistidos al momento de votar si es que tienen impedimentos de movilidad que dificulten expresar su intención de voto y al mismo tiempo la ley permita que aquellas personas con discapacidad intelectual puedan ejercer su derecho a voto, habiendo recibido previamente un proceso educativo respecto a las implicaciones de la elección en particular y sus opciones. Y justamente esto fue lo que ocurrió ayer domingo, algunos de nuestros residentes, acompañados por profesionales de nuestros hogares, amigos y voluntarios, se acercaron a sus locales de votación a participar de esta fiesta de la democracia.
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