
En el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra anualmente, un grupo de jóvenes ha llevado a cabo una labor de restauración de espacios religiosos. El objetivo de esta iniciativa, que comenzó el 15 de enero y continuará hasta el 31 de enero de 2025, es revitalizar la Capilla de Paraguay y la sacristía de la Capilla Nuestra Señora de Lourdes, dos lugares significativos para las comunidades de la zona.
Nueve jóvenes, entre los que se incluyen a Carolina Sandoval, Karin Fernández, Sebastián Vásquez, Fernanda Trujillo, Nicolás Cuevas, Joaquín Beltrán, Carolina Cuevas, Cristóbal Carrasco y el P. Gabriel, se han encargado de llevar a cabo estas obras de restauración, trabajando en la recuperación de estos espacios religiosos. La Capilla de Paraguay, que desempeña un papel central en la vida espiritual de la comunidad, fue parte de una intervención para garantizar su conservación y mejorar su estado estructural, mientras que la sacristía de la Capilla Nuestra Señora de Lourdes, por su parte, recibió trabajos de mantenimiento que facilitarán su uso en las celebraciones litúrgicas.
El trabajo realizado por los jóvenes responde a un esfuerzo por continuar con el legado de los primeros misioneros orionistas que llegaron a la región. En este sentido, la restauración de estos espacios no solo tiene un valor material, sino simbólico, al fortalecer la conexión entre las generaciones actuales y las pasadas. Las labores de restauración se enmarcan dentro de un proceso de revitalización de la vida comunitaria, que también incluye actividades para fomentar la participación activa de los feligreses.

Además de la restauración física de las capillas, los voluntarios han liderado acciones para fortalecer los lazos dentro de las comunidades, contribuyendo a la dinamización de la vida parroquial. Este proyecto no solo busca preservar los lugares de culto, sino también generar un espacio de encuentro y reflexión para los miembros de la comunidad.
La iniciativa, que se extenderá hasta finales de enero de 2025, continuará con la participación activa de estos jóvenes, quienes esperan dejar un legado duradero tanto en la infraestructura como en la vida espiritual de las comunidades.
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