Los pasados días 5 y 6 de Julio en la localidad del Tabo, se dio cita al encuentro anual de Auxiliares de Atención Directa (ATD) de los Pequeño Cottolengo.
Una jornada en donde “tías” provenientes de todos los hogares del país viajaron para compartir aspectos espirituales y formativos relacionados con su quehacer y al mismo tiempo compartir sanamente y disfrutar de unos días fuera de la rutina de sus labores. Reconocemos en ella la gran labor que realizan en el trato directo con los residentes. En ese este sentido, se aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre su rol como “madres” dentro de los hogares y su responsabilidad en el cuidado los residentes, no como un paciente o un usuario, sino como verdaderos hijos. Aspecto de su tarea que las convierte en colaboradoras fundamentales dentro de la labor que se realiza en los Pequeño Cottolengo. También miramos su quehacer desde una reflexión bíblica ayudados por la “Lectio Divina”, para profundizar en aquello que el Señor nos pide en esta tarea de cuidado, que va más allá de un mero trabajo. Hubo momentos de distensión, de esparcimiento, en donde la música, el canto e incluso el baile animaron el espíritu de “las tías” que con tanto esfuerzo y dedicación, cuidan y atienden a los niños y adultos del Pequeño Cottolengo. La jornada estuvo organizada por el equipo del Pequeño Cottolengo de Quintero, animada en varios momentos por el equipo del Centro de Pastoral Juvenil Vocacional, también las visitó el Hno. Juan Daza, quien es el encargado del Secretariado para las Obras de Caridad.
“Cada enfermo encuentre en ustedes a una hermana en Cristo y a una madre. Con los enfermos sean más madres. Cuando digo y escribo que sean más madres, quiero decir que sean más maternales con los pobres. No tengan temor de ser demasiado maternales” (Don Orione al fundar el Pequeño Cottolengo y a la orden de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad)