La delincuencia es un mal de nuestra sociedad que ha ido en aumento. Las personas son asaltadas a cualquier hora del día y muchos prefieren permanecer al interior del hogar aunque saben que tampoco ahí están totalmente seguras. ¿Qué podemos hacer para combatir este mal? Agentes pastorales de las distintas comunidades reflexionaron entorno a esto y nos presentan sus opiniones acerca de qué debemos hacer ante esta situación.
El primer punto que debemos tener en cuenta es el aumento en la cantidad de delitos que se producen en nuestro país, el cual llega al 2,8% del 2015 al 2016. A pesar de lo anterior, las personas señalan sentirse menos temerosas en las calles, la victimización disminuyó en casi 1% en un año (de 38,9% a 38%).
Nosotros como adolescentes cristianos creemos que una solución posible para enfrentar la delincuencia es la creación de un proyecto de resguardo para los escolares, ya que son ellos los más vulnerables frente a los ataques de delincuentes debido a que portan objetos de valor, generalmente objetos tecnológico, y pasan mayor tiempo en las calles, y muchas veces transitan solos.
Cabe destacar que las personas de la tercera edad también son un blanco fácil para los delincuentes, son vulnerables ya que no oponen resistencia debido a la poca habilidad o fuerza física que poseen.
Debemos buscar como comunidad cristiana orionista una mayor unión de la población especialmente en las calles para resguardar a las personas más vulnerables de nuestra sociedad, es decir, debemos incentivar a pensar en el prójimo y colocarse en el lugar del otro, especialmente de los estudiantes y adultos mayores, e incentivar además a no ser meros espectadores ante algún hecho de delincuencia y socorrer a la víctima.
Se debe llamar a las autoridades, principalmente a las entidades encargadas de la seguridad, a que den prioridad a lo que realmente está afectando a nuestra población.
Por Carolina Cruzat, Isidora Claderón, Bastián Cerda
Siempre se hacen estudios y se calculan porcentajes para saber si ha aumentado o no la delincuencia. Pasan los años y nos quedamos solo en las estadísticas y la ciudadanía continúa viviendo con inseguridad y temor.
Qué gana la policía con atrapar delincuentes, exponer sus vidas, gastar recursos, etc, si finalmente todo queda igual. La policía cumple su trabajo, los jueces también, pero el sistema no se ha adecuado a los nuevos tiempos. Los parlamentarios gastan tiempo y recursos en temas que tal vez no son una prioridad, como lo es la seguridad en nuestra sociedad, en lugar de legislar y hacer nuevas leyes con penalizaciones acordes al delito y búsqueda de estrategias para la disminución real de este problema.
Confiando en la Divina Providencia podríamos optar a buscar mejorar el sistema carcelario y otras instituciones de internación, dando a los internos nuevas herramientas y mayores conocimientos que les permita abrir sus horizontes y acceder a mejores oportunidades para integrarse a la sociedad, proyectando una mejor vida lejos de la delincuencia.
Debemos abrir el debate, generar un cambio de mentalidad que permita ofrecer nuevas oportunidades a las personas que han caído en la delincuencia y que como todos merecen una nueva oportunidad para hacer mejor las cosas.
Por Gabriela Jiménez