El pasado sábado 16 de noviembre, la Parroquia Santa Filomena de Quintero vivió una jornada significativa con la celebración de la Eucaristía presidida por Monseñor Bernardo Bastres, Obispo Emérito de Punta Arenas. En este encuentro religioso, 18 jóvenes de la comunidad recibieron el sacramento de la Confirmación, tras un proceso de preparación que se extendió por dos años. La ceremonia, que tuvo lugar a las 17:00 hrs., fue concelebrada por el párroco de la parroquia, Padre Patricio Páez, y el Padre Gustavo Valencia.
La preparación para este momento culminante incluyó durante el mes de octubre la instrucción de cinco jóvenes para el bautismo y de otros cuatro para la Primera Comunión. Además, el 9 de noviembre, como parte de la catequesis familiar, se llevó a cabo un encuentro preparatorio para el sacramento de la Reconciliación, con la participación de alrededor de 50 niños y niñas, acompañados de sus padres. En esta actividad, cada niño recibió material para ayudarles en su preparación para el primer encuentro con la confesión.
Durante la Eucaristía, los jóvenes fueron presentados por su monitor, Juan Pablo Rivera, quien compartió las experiencias vividas por los confirmandos durante su proceso de formación y servicio. En su homilía, Monseñor Bernardo Bastres hizo un llamado a los jóvenes a alimentar su fe de manera continua, especialmente a través de la participación en la Eucaristía dominical. “No dejen nunca de alimentar su fe en la Eucaristía, que es el centro de la vida cristiana”, les instó el Obispo, también destacando la importancia de compartir su fe con los demás.
Un gesto especial tuvo lugar en la celebración, dado que, en el marco del mes de María, el Obispo invitó a los jóvenes a rodear la imagen de la Virgen y rezar tres Ave María con una intención especial. Este acto de devoción mariana fue un signo de unidad y piedad en la comunidad.
La ceremonia de Confirmación no solo marcó un hito importante en la vida espiritual de los 18 jóvenes, sino que también renovó el compromiso cristiano de toda la comunidad parroquial, que acompañó a los confirmandos en su camino de fe. La Eucaristía fue un momento de alegría y reflexión, que reflejó el crecimiento y la unidad de la comunidad Santa Filomena.
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